Hay quienes no creen en coincidencias, sino en causalidades. “El tiempo de Dios es perfecto”, dicta otro popular refrán; pues, el tiempo decidió que Cabrera fuese descubierto por uso de sustancias prohibidas (Estanozolol) para incitar el aumento de masa muscular, justo meses después de batir el récord de jonrones que perduraba por 30 años en la Lvbp, por parte de Baudilio Díaz.
“El Samurái” luego de enterarse que salió positivo en las primeras pruebas de dopaje en la Liga Mexicana de Béisbol, sacó el sable y retó a una segunda prueba a la Comisión Nacional del Cultura Física y Deporte (CONADE), alegando que tan sólo fue “una merengada” y que además dudaba del resguardo de las muestras.
La prominencia del caso para los fanáticos, es que Cabrera batió un récord que lucía inmortal y que le pertenecía a una leyenda de la liga venezolana, y base del sentir caraquista. No es primera vez, además, que se ve inmerso en una oscura nube ante posible dopaje. Durante las 12 temporadas que jugó en Japón, se sometió a 14 pruebas dando en todas negativas. Para los directivos de la Lvbp, el caso Cabrera en México le ha adjudicado un gran reto. No existen evidencias de que haya usado esteroides durante la hazaña jonronera, pero, tampoco hay evidencias que nieguen que las usó. La justicia moral de los fanáticos, principalmente, es la única que está en acción en estos momentos.
Nota publicada en el Semanario 6to Poder.
Nota publicada en el Semanario 6to Poder.
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